Entre los activos farmacéuticos que en DVA México ofrecemos, destacan aquellos utilizados para la elaboración de antibióticos, los cuales son quizás de los medicamentos más importantes hoy en día. Pero ¿qué son? De ello hablaremos en esta nueva entrada que ponemos a su disposición.

Un antibiótico es un compuesto que cura las infecciones al matar o retardar el crecimiento de las bacterias. Con respecto a los antibióticos originales, estos fueron fabricados por bacterias u hongos para prevenir el crecimiento de otros organismos o matar insectos en lo que fue efectivamente una «guerra química» entre las especies durante la colonización de nuestro planeta por microorganismos hace miles de millones de años.

Ahora bien, se han descubierto miles de antibióticos a lo largo de los años, pero la mayoría sólo ha demostrado matar bacterias en el laboratorio, y muy pocos de estos se han convertido en medicamentos por su capacidad de matar las bacterias sin dañar las células del cuerpo humano. Asimismo, un antibiótico debe tener las propiedades adecuadas para durar lo suficiente en el cuerpo y llegar al sitio de la infección para matar las bacterias rápidamente.

Con respecto al primer antibiótico, un extracto de pigmento azul-verde de una bacteria llamada pseudomonas aeruginosa, se trató de un compuesto llamado piocianase que fue utilizado para tratar infecciones en la década de 1890, aunque su uso se abandonó porque era bastante tóxico. La mayoría de los antibióticos actuales son variaciones de sustancias que originalmente se aislaron de bacterias u hongos, como la penicilina (que se aisló de un moho fúngico en 1928) o la vancomicina (que provenía de una bacteria del suelo recolectada en Borneo en 1953), las cuales hacen uso de excipientes farmacéuticos para su elaboración y venta en el mercado actual. Algunos de los antibióticos comerciales utilizados hoy en día todavía están aislados de bacterias cultivadas en grandes cubas de fermentación, mientras que otros son modificados químicamente por los científicos para mejorar su actividad o reducir el alcance de los efectos secundarios.

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